Desde mi habitación te veo asomar todas las noches y salgo a tu encuentro, se que tu estas ahí incluso los días que la oscuridad te cubre. Nunca vienes sola, pues una corte de brillantes damas te acompañan en la noche, bien conocen los navegantes a tus damas, pues ellas los guían a buen puerto.
Salgo a la noche abierta, la brisa mece mis cabellos, tu cara se refleja en la mía y tu luz acaricia mi cuerpo, desnuda ante ti, desnuda la piel y desnuda el alma, escucho los susurros que en el aire tu boca me manda.
A mi mente vienen ahora los mil nombres por los que se te llama, pero no necesito que mis labios los pronuncien , pues soy tu hija y sabes bien cuando mi corazón te llama.
Y una noche mas me despido, me tumbo en mi cama y espero que con tu dulce voz me cantes una nana y que los grillos te acompañen y la brisa mueva las ramas de los sauces del riachuelo que pasa bajo mi ventana, que vengas a mis sueños, como doncella, madre o anciana, que me acompañes en el camino y me guíes asta casa.
