miércoles, 21 de julio de 2010

Soledad


De nuevo, estoy aquí una vez mas buscando palabras, para definir sentimientos y sensaciones, que en realidad es lo difícil, por que los sentimientos siempre están rondando mi corazón y mi piel.

Piel que se siente sola, corazón que se siente solo, serán los vaivenes de la vida, hay momentos que nos sentimos solos, pues nos dejan solos y hay momentos que nos sentimos solos por que nosotros nos alejamos para estar solos.
La peor soledad es la del alma, ese alma que no quiere saber de mas decepciones, de mas dolor, de mas soledad en compañía. Ese espíritu que prefiere el dolor de la soledad que el dolor de la necesidad de compañía.
Huir de caricias y abrazos, por no añorarlos cuando son realmente necesitados, cerrar los oídos a palabras de reconocimiento, por miedo a no oírlas cuando cuando tu ego realmente necesita ser acunado, de creer mas las criticas que los halagos.
Es el cansancio de años de golpes, decepciones y heridas en el corazón, que cicatrizan con los años pero siempre dejan su señal, la señal que te hace dejar de confiar, que te hace pensar, que no eres lo que se espera de ti y defraudas día a día a todo el que te rodea.
Si vives en soledad, no defraudas, no te dañan, no …………..

martes, 6 de julio de 2010

Tu historia.......



Oigo tu llamada y todo mi cuerpo se pone en marcha, voy hacia ti por ese, camino tatas veces recorrido.

Salgo del duro asfalto, y mis pies aun dentro de los duros zapatos, reconocen la calidez de la tierra, y se mueven una fluidez inusual, el rumor de una acequia me acompaña en el camino y las huertas me muestran sus coloridos frutos, al otro lado de mi camino, unas viejas piedras apiladas en los bancales, por muchas generaciones de campesinos, me hablan de aquellos que alguna vez se pararon en ellas para descansar.

Llego a la bifurcación del camino, comienzo a ascender sobre unas grandes rocas lisas, dejando tras de mi el sonido de agua y los campos madurando sus frutos. Poco a poco, mi paisaje cambia, ya no hay huertas ni prados en los márgenes del camino si no, arbustos que me acompañan y me animan a seguir , oigo la llamada hambrienta de los polluelos en sus nidos. El pequeño sendero, sube, baja, gira, rodeado de pinos, encinas, enebros y romero. Llego a una pequeña pendiente y en un ultimo giro del camino apareces, ahí estas majestuoso, esperándome como siempre, me acerco y me fundo en un abrazo contigo.

Me siento a tus pies, las agujas ya caídas de tus ramas me sirven de mullida alfombra apoyo mi espalda contra tu firme tronco, siento el frescor que proporciona tu sombra, cierro mis ojos y respiro, poco a poco, mis latidos son tus latidos, mi sangre es tu sabia, somos uno nos fundimos. Y me hablas de todos los que vinieron a ti durante siglos, de amores prohibidos, de aquellas ardillas que venían a robarte tus piñas y tu hacías como que no las veías, y sobre todo me cuentas la historia de tu vida, pero siempre me dejas con la intriga, de saber por que tus ramas no quisieron crecer hacia el cielo y se inclinan acariciando la tierra que te nutre.

Espero alguna vez me cuentes esa historia, ………

jueves, 1 de julio de 2010

En memoria de.........


Por mucho que me paro a pensar, no se en que momento apareciste en mi vida, no se ni el como ni el por que se cruzaron nuestras miradas el primer día.

Si recuerdo aquel adiós, que me sonó muy amargo y aunque estaba lleno de promesas de volver a encontrarnos, algo muy dentro me decía, que no volveríamos a mirarnos.
Han pasado tantas horas, días y años, que ni siquiera recuerdo en que día perdimos el contacto, pero pese a todo jamás te he olvidado.
aun guardo en aquella caja que me diste con tus propias manos, sonrisas compartidas y también amargos llantos, guardo el sabor de tus labios, el olor de tu piel y el calor de tus manos.

Por ello sabre reconocerte, cuando pases a mi lado, seas el rumor del mar, o la brisa que mueve las hojas de un árbol, reconoceré tu sonrisa en la calida luz del sol de verano, y tu mano en la gota de lluvia que resbala por mi mano. Escuchare tu voz en cada trino de pájaro.

Aun no puedo creer, que tu corazón se haya parado, pero si se que volveremos a encontrarnos.