Dejas atrás, la tierra donde naciste, las personas que conociste y emprendes ese eterno camino, algunas veces te resulta tedioso te paras, intentas tomar otros senderos, pero descubres que son paralelos. Si te resistes, es doloroso aunque doloroso también es el camino.
Cuando eres llamado puedes optar por ir o quedarte, pero, es difícil mantenerte quieto sin ser arrastrado por las mareas internas que tiran de ti hacia tu destino. Pero también es difícil dejarse arrastrar, requiere un gran esfuerzo, una fortaleza, que se adquiere con el tiempo, no sin esfuerzos, pero nuestro destino es alcanzar la meta, la diferencia radica si tardaras mucho o poco, si sera en linea recta o por un sendero serpentean.
Somos insignificantes gotas de agua en un gran océano, y fuerza de atracción de la luna nos mueve a su antojo, incluso entre los que algún día tuvimos claro nuestra senda, algún día nos llegan las ganas de abandonar, sea por cansancio, por enfado, falta de habilidad o por creer nos falta, por que sufres mil fracasos, al final la única opción es sobreponerse y volver al trabajo, los que se detienen o se quedan demasiado tiempo estancados, encadenados a sus miedos, pueden acabar moviéndose en una espiral de casi locura. Estancado eres mas gris, mas frágil, menos consciente, es una forma de morir.
Al final la persona que recibe la llamada con fuerza, no tiene opción, solo puedes resistirte un tiempo, retrasarlo, o dejarlo a medias por un tiempo, pero en el fondo, no es una elección, pase lo que pase, tu camino esta estrechamente unido a tu alma y de tu alma de tu subconsciente de ti, no puedes escapar jamas.
