Con mis ya muchos años de experiencia
he entendido que nada es eterno, como se suele decir “ no hay mal
que cien años dure” y añadiría mi tampoco las cosas buenas.
Tampoco es permanente el amor, pues es
cambiante y desde luego tampoco lo es la amistad, no niego que pueden
existir algunas cosas mas o menos permanentes, pero algunas veces
estas cosas mas que permanentes son dependencias emocionales y esto
tampoco es bueno para nuestra energía, nuestra alma o como queráis
llamarlo.
El amor de amigos, familia incluso de
la pareja muchas veces se confunde por la necesidad o el deseo de
quienes te aman de verdad por lo que eres y no por lo que necesitan
que seas.
Y como ya sabemos nada es permanente ni
uno mismo, ya que yo no soy ya la misma que hace siete años ni la
misma que hace 4, pues mis circunstancias y mi vida incluso parte de
los que me rodean han cambiado y todo ello ha llenado mi vida de
diferentes experiencias y retos que me han hecho ser la persona que
soy,
posiblemente ni siquiera soy la misma persona que fui ayer.
Gracias a los Dioses soy un ser en
constante evolución y es algo precioso, aunque a algunas personas
que se quedan en el camino les pueda parecer algo malo en mi, la
misma naturaleza nos muestra que dejar caer lo que ya no no sirve
aquello que esta caduco, lo que nos puede evitar vivir con mas
plenitud, aquello que nos pesa, que nos daña, lo que perturba
nuestra paz, todo ello hay que dejarlo caer, como hacen nuestros
hermanos arboles cada otoño, para resurgir con mas fuerza en
primavera, guardando su energía, para darnos lo mejor de si mismos
en sus flores y sus frutos.
La primavera este año me ha traído
cambios, he dejado atrás muchas cosas que no me dejaban ser yo
misma, no la que fui ayer si no la que soy hoy, la otra que seré
mañana y quien sabe como seré dentro de un año cuando la rueda
vuelva a girar y plante una vez mas mis semillas, quien sabe ni
siquiera yo misma que frutos me dará la vida este año, que gente
traerá el destino o la casualidad, que compañeros de camino
encontrare o si ha llegado el momento de seguir caminando sola, por
un tiempo indefinido o permanente. ¿ Quien lo sabe? Solo el
permanente paso de los días y de los años tiene esa respuesta.
Pero siempre diré que todos los que de
una forma u otra caminaron a mi lado, forman parte de mi
aprendizaje, que fue maravilloso en muchos momentos y doloroso en
otros, pero os doy las gracias desde el corazón, pues parte de quien
soy es gracias a esas experiencias vividas en el camino que me ha
traído al aquí y al ahora.
Y pensando en esto me viene a la mente
esa canción que dice estoy hecho de pedazitos de ti, pues yo estoy
hecha de los pedacitos no solo de mi familia, si no de todos los que
pasaron por mi vida, de los que aun permanecen, de los que ya no
están.
Feliz ostara.