Veo elevarse las llamas de mil hogueras en tu honor, la suave brisa, eleva hacia el cielo estrellado las encendidas esquirlas, que parecen danzar hacia la luna.
Se oyen tambores lejanos, que suenan a un mismo compás, es el latido de la naturaleza, que pide paso a su señor, es la vida que germina, a cada paso del joven cazador.Y de entre las llamas emerge una figura mas culmina, es el que acude a nuestra llamada, viene hacia mi, pues yo soy su altar y su semilla el sacrificio, una vez mas, se cumplen las profecías, una vez mas, la tierra es regada por su fértil semilla, una vez mas la vida es engendrada.