Te miro, y no puedo creer que seas
real, te observo desde un rincón tranquilo de mi mente,
y me inundas con cada uno de tus
gestos, tus movimientos, tus pausas, de tus miradas, de tus sonrisas,
de tus palabras y de tus silencios.
Camino a tu lado, de la mano, sin
pensar a donde me llevas, pues se que sea a donde sea, tu estarás
allí, y me sentiré querida, amada, protegida, por que se que entre
tus brazos, todo esta bien.
Duermo, en el dulce sueño de tus
besos, de tus manos que rozan mi piel, un roce que no es solo de piel
con piel si no de alma con alma.
Huelo el aroma de tu piel, mientras me
arrullas, con la música de tu risa, con el sabor de tus labios en
los míos, bailo entre tus brazos, con cada canción que compartimos,
pero sobretodo, bailo al compás de tu corazón, ese corazón en el
que navega el mio, cada noche, todos y cada uno de los días, desde
el momento en que abrí mi puerta y entraste en mi vida.
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