Ya se acerca la noche y oigo dentro de
mi sus voces calladas, el velo se disipa poco a poco. Y ante mi se
presenta la noche, la oscuridad me reclama, y en mi faro cada vez
brilla mas la llama.
Esa luz que los llama, ese brillo que
ellos reclaman, ese amor infinito de quien saben es su dama, venid a
mi en la noche donde ya desapareció la fría membrana que nos
separa, venid a mi pues es vuestra reina quien os reclama, quien os
espera en el bosque serena y callada.
Y en esa noche de encuentros y
despedidas, que la luz os guie desde la oscuridad de mi alma, que
vuestras voces sean escuchadas, desde lo mas profundo de mi garganta,
que vuestros ojos se vean en mis ojos y vuestras caras en mi cara.
Que mi mano os guie, de regreso a casa,
cuando la tarea sea completada, partiréis con el y vuestra dama os
acompaña, la dama de la noche, con el calor de su piel y su mirada
helada.
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